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Por diseñar castillos sin almenas perdí, otra vez, las llaves de mi casa.

domingo, 22 de noviembre de 2009

A mi padre;


Ahora que miro el reloj..y esa hora marca un nuevo día que me recuerda una mala hora...
Voy a hablar de mi padre.
Trazar un argumento y proponer un brindis por su melancolía, sin champán, eso sí... brindemos con cerveza, padre.
Por tu fea costumbre de andar escondiéndote.
Por tu mala costumbre de pobre niño huérfano, calándome la rabia hasta los huesos.
Por este sabor a sal de aquella playa que poco pisamos juntos.
Por esta impotencia.
No. No digas nada. Soy yo quién va a hablar. Es mi turno. No mires a otro lado.
Te fuiste tú primero. Abandonaste el juego dejándome en el patio con los ojos vendados. Te pedí que esperaras. No me hiciste caso. Así es que ahora callas tú y escucha simplemente mi alarido, porque estoy muy cansada, sabes, de soportar tu ausencia que me sabe a reproche. Te pedí que esperaras para repartir culpas. Egoísta. No te llevaste ninguna.
Yo sola no podía atravesar el patio con los ojos vendados. Te pedí que esperaras. Pero era demasiado. Nunca llegué. Y si llegué, no estabas. Permanecí en silencio dando la otra mejilla.
Se acabó. Ya se marcharon todos. No hay más voces, ni ruidos.
Deja de revolcarte en la ceniza. Deja de hacer el tonto. Contra la indiferencia no valen discursos. Inútil transferir los argumentos.
Los que no se despiden sólo quieren dejarnos jirones de memoria, más sabor a sal, a alevosía. A deshechos nocturnos.
Quise hablar de mi padre. De su ausencia perpetua. De su nariz ganchuda, de sus claros ojos y el corazón tan gris de sus retratos.
La visita de ese extraño fue un aviso. ¿Otra cita pospuesta?. Otra calamidad.
Deja ya de mecerte en la cuerda del ahorcado. Deja de maquillarte, de cuidar las apariencias.
Pero ese no eres tú. Ni esas son tus palabras.
Deja ya los acertijos. Deja de burlarte de mi espanto.
Yo no tengo la culpa de que tan sólo fueras el padre. Dejaré que mis muertos entierren a tus muertos.... mientras salvo la vida. ¿No ves que se acabó?.... No puedo acompañarte en este largo oficio de difuntos...
Es hora de que renuncies a las escaramuzas.
¿Es que no te das cuenta de que he crecido tanto que hasta ya puedo hablarte.... de tú a tú?
Tampoco está ya "El Gordo" que te servía las cervezas... ¿Tendrá quién brinde con él? No. Tú no. Brinda conmigo.
Por tu 22N.
Por mi 22N.
¿Qué regalo quiero?.... "Respuestas, padre...."papá" (de tú a tú)...
Yo te regalo... parte de mis culpas. Ya es hora de ser egoísta. Pesan.
En el fondo, y a mi pesar...somos tan iguales...
FELICIDADES

domingo, 15 de noviembre de 2009

Desayunando...´sola o con leche.

Domingo; 12:40
"¡Dios, qué dolor de cabeza!"... palpé el lado de la cama que nunca usaba. Qué alivio, no había nadie. Duró poco (el alivio)...justo hasta el momento en el que oí el ruido de la cisterna, mi cabeza dolorida pensó;"¿cabrá por ese agujero al abismo...un cuerpo de hombre?...¿o se atascará y tendré que convivir con ese cuerpo en mi baño?...igual, si lo troceaba....¡Dios!...necesitaba un café".
-Buenos días.
(¡Joder!..no me extraña que me lo haya traído a mi cama, era igualito a Juan Diego Botto).
-Buenos días. ¿Has hecho café?
Se sonrojó (¡qué mono!):
-No, claro que no...no estoy en mi casa.
-Pero has dormido en mi cama, eso te da derecho a un café...y a poco más, claro.
-¿Cómo?
-¿Hablamos mucho anoche?....
-No eres de muchas palabras, no.
-¡Ah!Bueno, en ese caso..no te diría que no repito las cosas dos veces.
-¿Lo quieres con leche?.
-No tengo leche.
-¿Cúantas de azúcar?
-No tengo azúcar.
-¿Me estás echando?
-¿Tomas el café con leche y con azúcar?
-Como mínimo con azúcar, sí...
-Nada más bajar, justo enfrente...en ese bar siempre tienen azúcar y leche.
Mi Juan Diego Botto particular cogió la indirecta, algo molesto,eso sí..pero sin rechistar, eso también (qué mono).
Lo observé mientras se vestía... y noté que me mojaba. Me acerqué a él y le volví a quitar la ropa que le había dado tiempo a ponerse.
Una mañana de pasión después de una noche de pasión (la cúal recordaba vagamente).
Al terminar...me fui directamente a poner el café...no había dejado de pensar en él (café) durante todo el acto (II parte). Oía al mismo tiempo cómo hervía el agua en la cafetera y cómo caía en la ducha, vi su cara de sorpresa al entrar en la cocina y ver que sólo había sacado una taza, igual pensó que el segundo acto le había dado el derecho a la leche y el azúcar.
-Saluda a Pablo de mi parte.
-¿A quién?
-Al camarero que sive cafés....con leche y azúcar.
Como buena anfitriona (de ceremonias y actos) le acompañé hasta la puerta. Cerré sin esperar a que cogiera el ascensor. Volví a la cocina, calenté un poco de leche en el microondas...la eché a mi taza de café...junto a dos terrones de azúcar...

Destrozando poesía cantada

Es mentira que sepa lo que quiero,
es mentira que no tenga ambiciones,
es mentira que sepan a vinagre
los besos sin amor.
Para mentiras las de la realidad,
promete todo pero nada te da,
yo nunca te mentí
más que por verte reir.
Es mentira que no tenga enemigos,
es mentira que no tenga razón;
es mentira que acepte que el ombligo
del mundo no soy yo.
Pídele cuentas a la pura verdad
que no se pringa, que no tiene piedad;
yo sólo me colgué
medallas que no gané.
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Hubo tanto ruido
que al final llegó el final.
Descubrieron que los besos no sabían a nada
hubo una epidemia de tristeza en la ciudad.
Se borraron las pisadas,
se apagaron los latidos
y con tanto ruido
no se oyó el ruido del mar.
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Después de tanto tiempo al fin te has ido
y en vez de lamentarme he decidido
tomármelo con calma.
De par en par he abierto los balcones,
he sacudido el polvo a todos los rincones
de mi alma.
Me he dicho que la vida no es un valle
de lágrimas...y he salido a la calle.
He vuelto a tropezar con el pasado,
y he decidido, en el bar de mis pecados,
otra copa de ron.
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