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Por diseñar castillos sin almenas perdí, otra vez, las llaves de mi casa.

martes, 30 de octubre de 2012

Malditos mis silencios y sus pociones que producen náuseas,
maldita poesía maldita que trepa por los huesos
y se estanca en cualquier parte del cuerpo que se pueda quebrar...
Malditas melodías que suenan una y otra vez en la cabeza
y que ningún gramófono consigue rayar.

Maldita incertidumbre inconsciente y constante,
que deja paso a una claridad dolorosa
al mirar el reloj y leer palabras que llegan a deshoras...
Palabras que no recueras textualmente,
pero que evocan dolores... y más náuseas.

Maldita necesidad de querer saber más allá
de lo que está a la vista, de lo palpable..
que cuando no puedes hacerte más daño,
pones trampas para que te lo haga quien menos desearías...
Eso tiene un nombre; masoquismo, creo que le dicen...
O exceso de confianza en quien confia(ba)s.

Maldita memoria que hace que me cueste
reconstruir los hechos,
pero que no deja de recordarme el camino
convertido en escombros que transité hasta llegar a...
La Nada.

Y fuí yo.
Lo sé.
Lo estropeé.
E interpreté luego bien mi papel de víctima negándome
a un amor estropeado.
Me alejé incapaz de volver a apostar.

Bendita esperanza...
porque a pesar de todos los ladrillos desfigurados
no he olvidado los palacios que quería construir.

Empezaré reconstruyéndome...

miércoles, 24 de octubre de 2012

Hay frases sencillas y claras que depende de qué labios(o dedos) las escupan, pueden resultar lapidarias.*
El mundo se me escapa por los lados, entre leyes y fuegos...
Si miro al frente ya no veo, y estoy empezando a valorar los cristales(tan transparentes), pero si extiendo el brazo... acaban haciéndome daño..
Y cierro los ojos...y veo noches canceladas sin lluvias y noches torrenciales sin cancelar, el primer relato compartido...
Pero siempre hay más... no sólo existo yo, siempre habrá princesas dispuestas a encontrar la flor que no se marchita, que, por cierto, es bastante fea(la flor, no la princesa)..
Se me enquistaron las palabras dedicadas a princesas.
Se me enquistaron las palabras tardías dedicadas a la que no era princesa.
No pasa nada.

Por cada cuento, un beso..
Que sólo quedara ya un cuento, fue un mal presagio... que fuera el cuento más frío, también.
Éric Rohmer murió con 90 años y las cuatro estaciones a sus espaldas..
No pasa nada.

Y que a mis libretas les faltara una inicial, no acabé de acostumbrarme... sabían amargas las letras sin réplicas. Y nadie tachaba mis interrogantes.
Así que sigo siendo mi duda.
Así que sigo siendo poco razonable.
Así que sigo siendo yo, que no sé quién soy...
Así que tuve que quemarlas...
No pasa nada.

Cuando nos quisimos dar cuenta no habíamos llegado a ningún sitio...
pero había que pagar el peaje..
Y vacíamos los bolsillos...
No pasa nada.


Adiós al Fuego.
Adiós a Las Leyes.
Equilibrio nunca hubo..


*Frase lapidaria;"Creo que hay cosas que tenemos que devolvernos"

Cura de primavera - Paul Morand

Para aquel que no quiere ver
que las dictaduras, los vértigos, las doctrinas,
las drogas,
las orquestas, las herejías, los horizontes
están cuestionados.
No habría que confundir
el sistema de alcantarillado y el motocultivo
con el paraíso.
Algunos han resbalado sobre esta viscosa palabra: lujo.
Y se han matado.
Hemos advertido el fallecimiento
de un gran número de comerciantes franceses
que había querido dejar de pertenecer a
Órdenes Contemplativas.
Un ministro negro inaugura el osario:
con un arrebato cabruno.
Cogió por la cintura a la cantante subvencionada
que recitaba la oda fúnebre
en un vestido de pana naranja
con encajes de Irlanda en las mangas,
y el himno a la producción se le quedó en la garganta.
El combate entre gordos y flacos terminó.
Las masacres entre flacos empiezan.
Un jugador de golf no produce calorías.
Si hay que quitar refinamientos
no se perderá gran cosa.
Muchedumbres cargadas de odio.
Paciendo la desconfianza en los pastos del asfalto
vacilan a la hora de las bebidas heladas,
sobre un mundo anémico por sangrientas locuras.
Escalas pobres, catálogos de sensualidad,
ninguna evasión por este lado.
Sin arriesgar encantamientos.
Podemos hacer el peritaje de nuestro corazón:
El peso del mundo está mal repartido,
hay que volver a empezar desde cero,
hay que volver a empezar desde el nivel de la tierra.
Y del mar.
Prestad vuestra ayuda a una obra de caridad:
Hay que volver a hacer el mundo.
                                       . . .
Para que tantas cosas malas
que aún persisten, fueran destruidas
¿era necesario destrozar
tantas cosas buenas que ya nunca serán?