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Por diseñar castillos sin almenas perdí, otra vez, las llaves de mi casa.

miércoles, 23 de abril de 2014

Volver atrás,
salir por la puerta trasera,
lanzar todo lo que pesa,
ver como la piel se estira frente al espejo,
como los ojos dejan de gritar...

Volver atrás,
a esos días de andenes sin tranvías,
marcha atrás;
que los días de ceniza vuelvan al cenicero,
entre cuerpos conocidos y extraños
que hacen pausa en los andenes,
las lágrimas remontando a contracorriente
vuelven a mis pestañas hasta evaporarse,
y las hojas vuelven al calendario,
y las oportunidades a los sueños,
y los minutos a los relojes.
.
Los contratos de permanencia vuelven al cajón oscuro
de dónde salieron,
y la tinta de mis firmas
al gris de sus bolígrafos.
Y las cajas embaladas deshaciendo mudanzas,
y los regalos empaquetados,
y las entradas de conciertos,
y las listas de la compra
que siempre dejaban espacio de sobra en la nevera...
comienzan a cobrar vida desde cubos de basura inexistentes.

Y desaparece la niebla;
los enfermos abandonan hospitales,
los barcos varados vuelven a faenar,
los aviones regresan al punto de partida,
los trenes no sufren más...
Las despedidas se convierten en encuentros,
los prejuicios abandonan las conciencias,
las libretas quemadas aprenden a sofocar incendios.
Algunos muertos resucitan,
otros que se queden donde están...

La grieta de mi tejado se abre...
y se lo lleva todo.
Después vuelve a ser grieta
y me permite sólo rescatar deseos...

lunes, 7 de abril de 2014

Un día, de repente, la verdad te golpea.
Sin previo aviso, sin anestesia.
Un golpe recibido en lo que dura un suspiro.
El momento donde todo se aclara,
aunque todo esté oscuro..
El momento donde todo se calla,
aunque haya gritos en la esquina.
Y para seguir adelante es preciso saber que existe algo que debe ser dejado atrás.
La vida es como una cámara de video,
vieja,
que graba constantemente...
y a contrareloj.

...Y es preciso tener claro qué borrar.

martes, 1 de abril de 2014

El sospechoso

Cerró la puerta con llave. Miró hacia atrás con desconfianza
y se guardó la llave en el bolsillo. Le detuvieron en esa postura.
Le maltrataron durante meses. Hasta que una noche confesó
(y quedó demostrado) que la llave y la casa
eran suyas. Pero nadie pudo entender
por qué había escondido su llave. De modo que
a pesar de habérsele declarado inocente, siguió siendo
                                                           
sospechoso para todos.


(Yannis Ritsos)