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Por diseñar castillos sin almenas perdí, otra vez, las llaves de mi casa.

sábado, 28 de febrero de 2015

No me sale la voz.
Ni un leve sonido.

Cada sílaba escuece en la garganta.

Me pregunto si, pese a ello,
habrá alguien capaz de escuchar
mis gritos inaudibles.
Si habrá alguien que quiera quedarse,
que pueda llegar a entender
quién soy.

La realidad me exige demasiado.
Y a veces no puedo evitar
quedarme a las puertas
rascándome las heridas,
incapaz de entrar,
arrancándole las costras al silencio.

Estoy sola
porque ni siquiera estoy conmigo.

Sólo intento anestesiar el dolor,
ese que está tras la puerta...

Mantengo la calma,
cumplo las reglas,
cuento las horas.

Y me aclaro la garganta...
justo antes de regresar a casa
para volver a buscar una nueva forma
de gritar sobre un papel...
Tengo miedo.

Cada sílaba escuece entre los dedos...

sábado, 7 de febrero de 2015

Señales de tránsito

Vio el mar por primera vez. En la distancia, el mar era azul. Incuestionablemente azul. Sintió la felicidad de comprobar. Corrió desnudo por la arena de una playa sin turistas hasta que las olas le salpicaron la cara. Se detuvo, sospechando algo terrible, tomó entre sus manos un poco de mar. Y lo temido ocurrió. En el hueco de sus manos el mar dejaba de ser azul, era sólo agua transparente.
Acortar la distancia para destruir el encanto.

"Plástico cruel" Sbarra